Tania Llasera, en el Hotel Wellington de Madrid. Foto: CC
Mitad británica, mitad española, Tania Llasera habla idiomas, pinta cuadros y presenta programas en Telecinco. Lo mismo habla sobre los variopintos personajes de un reality show que sobre música o sobre sexo, tema sobre el que acaba de publicar un libro. Por la tele ya sabe el espectador que es muy guapa, pero de cerca lo es más todavía: sus ojos transmiten ese noséqué que hace brillar de inocencia algunas miradas. Tan inocente y espontánea es Tania Llasera que una vez se le salió un pecho en un plató en directo. Cortaron emisión y entonces ella fue rauda y veloz a camerinos, donde le preguntó a la subdirectora del programa: “¿Se me han visto, se me han visto?”, y la subdirectora la tranquilizó: “No te preocupes, sólo se te ha visto una”. El pecho rebelde de Tania Llasera cruzó medio Internet y le costó sus buenas críticas (“eso estaba preparadoooo”, decían los incrédulos), pero ella no dejó de sonreír. “A mí me pueden hacer un trending topic en Twitter al estilo de Sara Carbonero, con #GraciasTania, que yo me reiré con los que me insulten. ¿Qué voy a hacer? Soy inhundible, y todos sabemos que en este país el critiqueo y el chismorreo es un deporte nacional”, me decía Tania el otro día, echándose a reír. Estábamos en la terraza del Hotel Wellington, a una patada de su casa de Madrid, y ella hablaba tranquilamente de sexo mientras tomaba dos mininapolitanas. “Estas napolitanas serán para quién esté a régimen, ¿no? Porque si no, no lo entiendo”, decía.
También hablamos, por supuesto, de “el hombre de su vida”, ese ser misterioso que poca gente conoce y menos gente ha visto con el que ha decidido plantarse. O “echar raíces”, como ella dice. “Pero… ¡que yo no creo en el amor para toda la vida!”, diría Tania si leyera estas líneas, y es verdad: no cree en lo de la media naranja, pero sí en Gonzalo, su novio, ese ingeniero al que no le gustan los líos de la tele ni de la fama. Con él la presentadora vive un bonito romance desde hace cuatro años y con él se casará en septiembre.
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El novio de Tania Llasera es uno de los Grandes Misterios por resolver de las revistas del corazón, algo que saben los paparazzis que, día sí, día no, rondan por las inmediaciones de su casa. “Pero no nos van a pillar. Nunca salimos juntos, pues tenemos distintos horarios.”, decía Tania. Tampoco lo veremos en los eventos sociales a los que a veces invitan a la presentadora: él no acude con ella bajo ningún concepto: “No quiere, no le gusta ese mundo y me lo dejó claro desde el principio. Lo respeta, claro, pero no quiere participar. Y a mí me parece muy bien. Porque a mí me gusta mucho separar mi vida profesional y personal. Intento no mezclarla nunca, aunque a veces no lo consiga”.
Quienes sí conocen a Gonzalo dicen que es “muy guapo y muy discreto, un tío muy majo que la quiere con locura”. Por eso ella, que no cree en el amor para toda la vida, sí cree en Gonzalo, y por eso se va a casar con él. ¿Cuándo? “En septiembre y en Portugal, pero no te pienso contar nada más. Es todo súper íntimo y súper secreto”, decía Tania, que no quiere ver su boda en las revistas. Pero sí, sí nos contó algo más.
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Antes hablemos un poco de sexo, que “da placer, es gratis y estamos en crisis, ¡y encima es saludable!”, como exclama esta joven de Bilbao. Y es que Tania ha escrito ‘El sexo sentido’ (Espasa), un libro en el que anima a hacer realidad las fantasías, cuenta cómo de desastrosa fue la primera vez que hizo el amor con un chico (“pero estábamos muy enamorados”, aclara), ofrece clases prácticas fiables a los lectores (“Hago investigación y desarrollo en la cama. Yo todo lo que cuento lo he probado, y me ha ido muy bien”), defiende la masturbación como fórmula de la felicidad (“los hombres os vais a quedar obsoletos”) y, al fin, cuenta su vida sexual y amorosa desde la primera adolescencia. Sin rubor. “Yo he pringado. He sido honesta y cuento mi vida sexual y emocional. De dónde vengo, mi infancia, la pubertad, la primera vez, la adolescencia… He sido honesta. Y no, no me importa exponerme. No entiendo por qué hay gente que le da vergüenza hablar de sexo. A mí me pasa al contrario: me cuesta censurarme. De hecho, cuando doy entrevistas intento pensar que está mi madre escuchando para no pasarme con lo que cuento”, decía esta joven sin prejuicios, pero el tema es que su madre es inglesa, y las mujeres inglesas no son tan fáciles de escandalizar como nuestras madres españolas. “En temas de sexo creo que las españolas están más reprimidas. Las inglesas están más liberadas. Lo comprobé mientras estudiaba allí la carrera.”
Y comprobándolo se le quitó a Tania la timidez. Y tanto que se le ha quitado: en la actualidad tiene una sección de sexo en ‘Atrévete’, programa de radio al que hace poco llevó más de diez consoladores. “Los compré todos en Lily Blossom, los llevé al programa y, claro, ya que los tenía me los llevé a casa. No los iba a tirar. Probé todos los consoladores, y unos me gustaron menos y otros son fantásticos”
Cuenta también Tania en su libro que mientras lo redactaba leyó los diarios que escribe desde que es una niña, y que leyéndolos desactivó el error circular en el que caía repetidamente con sus muchos amantes. “Siempre se repetía lo mismo. Un hombre me dejaba hecha papilla, luego me cogía un chico de transición, para cabalgar, y luego llegaba el tío perfecto, el que me ayudaba, me escuchaba, me hacía ser mejor persona, pero yo no lo sabía ver y le dejaba escapar. Y me iba de nuevo con el gilipollas malote que me volvía a destrozar. Seré tonta”. Pero ya no es tonta. Y por eso ha roto la cadena. “Sí, ya me planto con el que tengo. Estoy feliz, llevo cuatro años con él y me caso”.
Ya tiene fecha y lugar en Portugal para la boda, algo que Tania, dada a la incontinencia verbal, acaba contando, pero no la vamos a escribir aquí, que tampoco es cuestión de chafarle un día tan importante. Sí podemos decir que la boda será en la playa, en un sitio realmente impresionante; que fue ella quien le pidió matrimonio a su novio y no al revés; que ya tiene el traje de boda y los zapatos, un tema que solucionó en menos de una semana; que no se casa porque quiera quedarse embarazada, tal y como se ha escrito y publicado (“quiero tener hijos, pero aún soy joven y quiero hacer muchas cosas antes. Aún me faltan años para que yo decida ser madre”);
A la boda irán muy pocos, sólo familiares y amigos ‘íntimos, íntimos’, es decir, de esos que se cuentan con no tantos dedos. De esos que se quieren de verdad y con los que no existen zonas ‘top secret’. Será una boda divertida e improvisada, “con barbacoa y paella”, y no habrá mesas redondas ni servilletas de hilo ni invitados que no saben qué diablos hablar con el desconocido que les ha tocado al lado. “En mi boda no habrá invitados por compromiso”, me explicaba Tania, que, por cierto, no va a invitar a belenestébanes ni kikoshernández ni demás fauna catódica con la que ha trabajado en Telecinco, por muy bien que se lleve con ellos. Sólo íntimos amigos. De la tele, concretamente, sólo irán dos personas: Ana Isabel Peces y Patricia González, dos profesionales intachables que son muy valoradas en la tele. Ellas la dirigieron y subdirigieron en ‘Resistiré, ¿vale?’, un programa alocado, incorrecto e inofensivo que hizo audiencias más que aceptables y que alguien decidió quitar de un día para otro injustamente.
Pero, ¿por qué Portugal? “¿Y por qué no?”, responde Tania, sorprendida, y tiene razón: por qué no hacer una boda diferente en Portugal.
